We are seeds, in our being we hold the wisdom, emotions, and gifts we need to flourish. Let us grow from within, we do have the inner power to do so; the balance, harmony and happiness we seek is inside of us. The trecena of Iq’ brings us winds of transformation and creativity.
Q’anil symbolizes the seed, the one that gives life, that makes it possible for everything to emerge if you cultivate it, it is the power of creation. This Ch’umil manifests the energy of all that we have planted and which will bear fruit; it is everything we plan, every idea we have which is like a seed that germinates and develops to bring results through action. It is the marvelous power of realization, the force that creates and through which everything materializes to become a reality. Its wisdom reminds us that what we nurture is what will flourish, for we are the gardeners of our existence and therefore we must consciously sow the seed of change that we want to see grow in our being. Number 7 is a catalyst that drives us to move forward on the path of our life, it symbolizes the last step before reaching the summit. Its power impels us to go within, for it is in our inner self where we can find balance and harmony.
Somos semillas, dentro de nuestro ser guardamos la sabiduría, emociones y dones que necesitamos para florecer. Crezcamos desde adentro, tenemos el poder interior de hacerlo; el equilibrio, armonía y felicidad que buscamos está en nosotros. La trecena de Iq’ nos trae vientos de transformación y creatividad.
Q’anil simboliza la semilla, esa que da vida, que hace posible que todo surja si lo cultivas; es el poder de la creación. Este Ch’umil manifiesta la energía de aquello que hemos plantado y que traerá su fruto, es todo lo que planificamos, cada idea que tenemos que es como una semilla que germina y se desarrolla para traer resultados a través de la acción. Es la fuerza maravillosa de la realización, el poder que crea y a través del cual todo se materializa, se vuelve una realidad. Su sabiduría nos recuerda que todo aquello que nutrimos es lo que va a florecer, pues nosotros somos los jardineros de nuestra existencia y por esto debemos sembrar con conciencia la semilla del cambio que queremos ver crecer en nuestro ser. El número 7 es un poder catalizador que nos impulsa a avanzar en el sendero de nuestra vida, simboliza el último peldaño antes de alcanzar la cima. Su fuerza nos impele a ir hacia nuestro interior, pues ahí es donde podemos encontrar el balance y armonía.
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