Tz’ikin is the energy that elevates our thoughts and intentions, that communicates us with the supreme energies. Its force activates our inner powers and intuition, it connects us with our capacity to handle the energies, to break the limitations so that we can create and change our reality. The Elders say that this is the Ch’umil that brings good fortune, magnetism, and opportunities on every plane of existence. The number Oxib’ -3- symbolizes causality, its power teaches us that we must intend our actions so that they can bring us a good outcome. The creative force of this day is very strong, as the union of these two energies opens powerful spaces of connection and opportunities.
The wisdom contained by the energetic fusion of the day reminds us that we must not strengthen the beliefs that limit our growth, but rather connect with our power and magic so that they are the ones who guide us to discover new potentials and opportunities, so that they lead us to grow, to dream high, to manifest and materialize. Let us remember that good fortune is not the result of chance, it is something that we project and create ourselves, it is the result of our thoughts working in synchrony with our heart and our actions.
Tz’ikin es la energía que eleva nuestros pensamientos e intenciones y nos comunica con las energías supremas. Su fuerza activa en nosotros los poderes internos e intuición, nos conecta con nuestra capacidad de manejar las energías, de romper las limitaciones para cambiar y crear nuestra realidad. Dicen los abuelos y abuelas que este es el Ch’umil que trae la buena fortuna, el magnetismo y las oportunidades en cada plano de existencia. El número Oxib’ -3- simboliza la causalidad, su poder nos enseña que debemos intencionar nuestras acciones para que estas nos traigan buenos resultados. La fuerza creativa de este día es muy potente, pues la unión de estas dos energías abre poderosos espacios de conexión y oportunidades.
La sabiduría contenida por la fusión energética del día nos recuerda que no debemos dar fuerza a las creencias que limitan nuestro crecimiento, sino conectar con nuestro poder y nuestra magia para que sean estas quienes nos guían a descubrir nuevos potenciales y oportunidades, para que nos conduzcan a crecer, a soñar alto, a manifestar y materializar. Recordemos que la buena fortuna no es resultado del azar, es un hecho que nosotros mismos proyectamos y creamos, es el resultado de nuestros pensamientos trabajando en armonía con nuestro corazón y nuestras acciones.
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