The creation cycle began with the energy of Jun B’atz’ and concludes today with Wuqub’ Tz’i’. Tomorrow, we will celebrate the completion of the formation of this material reality and welcome a new Cholq’ij cycle, which begins with Wajxaqib’ B’atz’. Throughout this twenty-day creation cycle, we have received the power, knowledge, and wisdom that each Ch’umil has shared with us. Today, we receive the wisdom of Wuqub’ Tz’i’, an energy that serves as our guide and advisor. Tz’i’ represents the supreme law and the natural order; it is the righteous path we must follow, the consciousness and respect we must hold for all that exists, including ourselves. Having journeyed through this process of growth and learning, Tz’i’ creates the space for us to become the authorities of our own existence. From this place of love, intuition, spirituality, and power that we have reconnected with, we can embody the essence of Tz’i’—autonomous and upright in our actions, empathetic counselors, and guides, respectful to those who seek our help.
Since today marks the last day of the creation cycle, let us take a moment to meditate, reflect on our journey, harmonize with our being and the choices we have made, and chart the course we wish to follow, the destiny we seek to fulfill in this new cycle about to begin. Let us open our vision to recognize the divine being we are.
El ciclo de creación comenzó con la energía de Jun B’atz’ y concluye hoy con Wuqub’ Tz’i’. Mañana celebraremos que la formación de esta realidad material se ha completado y recibiremos un nuevo ciclo Cholq’ij, que inicia en Wajxaqib’ B’atz’. Durante este ciclo de veinte días de la creación hemos recibido el poder, conocimiento y aprendizaje que cada Ch’umil nos ha otorgado. Hoy recibimos la sabiduría de Wuqub’ Tz’i’, una energía que es nuestra guía y consejera. Tz’i’ simboliza la ley suprema y el orden natural, es el camino recto que debemos seguir, la conciencia y el respeto que debemos tener por todo lo que existe, por nosotros mismos. Tras haber transitado este proceso de desarrollo y aprendizaje, Tz’i’ abre el espacio para que nos convirtamos en autoridades de nuestra existencia. Desde este plano de amor, intuición, espiritualidad y poder con el que hemos reconectado, podemos ser como Tz’i’, autónomos y rectos, consejeros y guías empáticos y respetuosos con quienes nos necesitan.
Ya que es el último día del ciclo de la creación, tomemos un momento para meditar, para reflexionar sobre nuestro camino, armonizarnos con nuestro ser y nuestras decisiones pasadas, y delinear el camino que queremos seguir, el destino que deseamos alcanzar en este nuevo ciclo que está por comenzar. Abramos nuestra visión para reconocer al ser divino que somos.